De una vida llena de orgullo, rebelión y adicción a un nuevo comienzo con Dios. Me dio perdón, paz y un futuro lleno de esperanza.

Mi corazón se llenó de vacío y soledad hasta que conocí a Jesús. Él me dio un amor que nunca decepciona y realmente me hizo libre.

Mi vida estaba llena de ira y planes rotos, pero cuando conocí a Dios, encontré paz, gozo y una nueva dirección. Ahora sé que Su plan siempre es mejor que el mío.

Vivía para la apariencia exterior y la realización temporal, pero en el fondo estaba vacío. No fue hasta que conocí a Dios que encontré verdadera alegría y nueva vida.

Dudé de Dios y me guardé todo para mí, pero cuando lo desafié, Él demostró que me ve y me conoce. Ahora vivo libremente, con paz en mi corazón, porque Él ha quitado mi carga y tiene un plan para mi vida.